El gobierno y la industria embotelladora finlandesa han consensuado producir envases de vidrio y de plástico (PET) estándar, a fin de que puedan devolverse para su recarga sin importar el proveedor.
Los proveedores de bebida en Finlandia, ya sean alcohólicas o no, se ajustan a este sistema para asegurar una economía de ciclo cerrado. Las botellas de cerveza se identifican por ser de vidrio ámbar, mientras que las otras bebidas se embotellan en vidrio trasparente.
El promedio de vida útil de una botella de vidrio puede alcanzar los diez años de duración, con cinco recargas anuales de media.
En Finlandia el comprador paga por cada envase de vidrio o PET un depósito en el momento de la compra. El depósito se reembolsa cuando devuelve el envase. De este modo, el proveedor recupera las botellas en el momento en que entrega al establecimiento nuevas botellas llenas. El ahorro alcanza también el sistema de transporte. Este sistema lo he conocido de chico aquí en España, y me he hartado de devolver los “cascos” de las botellas, tanto en pequeños establecimientos como en grandes distribuidores. Pero un buen día, desapareció…
Mediante este sistema, en Finlandia se reutiliza el 85% del vidrio y el 70% de los plásticos, siendo el país de la Unión Europea que menos desperdicios de packaging per capita genera.
(da: www.ison21.es)
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